martes, 6 de mayo de 2014

Técnicas para un aprendizaje eficaz en secundaria


 Las estrategias de aprendizaje son el conjunto de actividades ordenadas que usa un estudiante para lograr alcanzar los objetivos de aprendizaje con éxito. Algunos alumnos logran descubrir sus propias estrategias, otros en cambio necesitan ayuda externa para lograrlo. 
    Las razones por las que muchos estudiantes de secundaria fracasan son múltiples y variopintas. Podemos encontrarlas en problemas de inteligencia, problemas familiares, poca eficacia en la educación primaria, actitudes negativas del adolescente, malas relaciones afectivas con los profesores o profesoras, poca exigencia familiar… Y, si continuara, probablemente llenaría toda la página.
    No es mi intención tratar de ellas en el presente artículo. Me conformaré en ofrecer una ayuda a aquellos estudiantes o padres que, aun habiendo superado algunas o varias de las causas arriba expuestas, no consiguen superar con éxito el reto de sus estudios. Intentaré que, quienes han optado por ponerse en serio a la tarea de estudiar, no se encuentren ante el hecho de que no saben por donde empezar. No saben cómo aprender. 
    Las estrategias de aprendizaje son todo el conjunto de recursos de que dispone el alumno para poder aprender. Estos recursos los va incorporando a lo largo de su trabajo como estudiante mediante la práctica, con la orientación de los profesores y con la exigencia y colaboración de sus padres. 
    Buena parte de las estrategias de aprendizaje, y en especial las que llamaremos técnicas de estudio, las entrena el estudiante en momentos de trabajo y estudio personales en casa. Son esos tiempos de trabajo en que no tiene cerca el profesor para poder consultarle y que además dispone de un tiempo de trabajo flexible, que puede aprovechar en mayor o menor grado y que puede aumentar o disminuir. Los padres, en este tiempo de trabajo en casa, pueden ejercer una gran influencia en la creación de hábitos de estudio y en el desarrollo de la responsabilidad del chico o de la chica. 
    Otra cosa muy distinta acostumbra a ser el papel de los padres como orientadores de sus hijos en sus tareas escolares. En otras palabras, ¿han de enseñar a sus hijos cosas que no han aprendido o que les resultan difíciles?, ¿han de enseñar a sus hijos técnicas de estudio? La respuesta no es única ni contundente, aunque en principio suele ser aconsejable que no. 
    La razón no está tanto en la falta de preparación de los padres como en el hecho de que las sesiones de aprendizaje familiar acaban frecuentemente con nervios, enfados y broncas. Es normal que a los padres les falte la capacidad de comprensión de los procesos mentales de aprendizaje y le desconcierte el hecho de que su hijo o hija no aprenda fácilmente aquello que resulta tan fácil a sus ojos. Pero además, los sentimientos de angustia que genera el hecho de que no aprende con facilidad aún complican más las cosas.
    Las estrategias de aprendizaje son el conjunto de actividades ordenadas que usa un estudiante para lograr alcanzar los objetivos de aprendizaje con éxito. Algunos estudiantes, por diversas razones, descubren y elaboran sus propias estrategias de estudio a partir de discretas orientaciones recibidas de sus profesores y como consecuencia de su propia experiencia. 
    Otros, por el contrario, no tienen esa capacidad de organización y de síntesis y no logran descubrir o usar con eficacia sus propias estrategias de estudio. Como consecuencia fracasan en los estudios o han de desarrollar un trabajo ímprobo. A estos últimos es necesario orientarlos y entrenarlos de una manera más explícita y directa. Las estrategias que propongo son estrategias que usan estudiantes que tienen éxito. Algunas de ellas son el resultado de observaciones directas y otras fruto de investigaciones sistemáticas. En cualquier caso, son objetivo deseable para nuestros estudiantes.
    Agruparemos las estrategias de aprendizaje en tres grupos: estrategias de organización, estrategias de trabajo en clase y técnicas de estudio y memorización de la información. 
    1. Estrategias de organización.
    Son aquellas que contribuyen a que haga las cosas que ha de hacer de manera ordenada, coherente y eficaz.
    Tener un lugar de estudio fijo, silencioso, ordenado y con el material necesario.
    Usar habitualmente una agenda y anotar en ella las tareas de trabajo y de estudio con precisión, indicando cuando se han de presentar.
    Disponer del horario de clases para saber cuándo ha de presentar sus tareas, qué libros ha de llevar, etc. Debe estar en su agenda y colgado en la pared de su lugar de trabajo.
    Tener decidido y escrito su horario de estudio en casa y cumplirlo. Un estudiante de secundaria debería dedicar un mínimo de 7 horas semanales, si es de los primeros cursos y de 10 horas, si es de los últimos cursos. 
    Tener en casa, en un lugar visible, el “calendario de estudio”. Este calendario mensual recoge las orientaciones recibidas en clase y apuntadas en la agenda sobre cuándo habrá pruebas de evaluación y qué días es recomendable estudiar o repasar el contenido de estudio. 
    Realizar pequeños descansos cada hora (unos cinco minutos que se pueden aprovechar para escuchar una canción, beber agua, dar un corto paseo por casa…).
    Tener una hoja de registro de las calificaciones que vaya obteniendo y revisarla cada semana para ver lo que va bien y lo que va menos bien. Anotar en la agenda las cosas que va a hacer para solucionar los problemas.
    2. Estrategias de trabajo en clase.
    Son aquellas que hacen que su tiempo de trabajo en clase sea más eficaz. 
    Escuchar con atención las explicaciones del profesor y preguntar lo que no entienda.
    Anotar en la agenda los temas de estudio o ejercicios a realizar y el plan de repasos aconsejado por el profesor.
    Anotar en el registro de calificaciones los resultados de las actividades de evaluación.
    En las actividades de evaluación:
    – Leer con atención las preguntas para comprenderlas bien.
    – Procurar contestar con frases bien construidas y comprensibles.
    – Usar todo el tiempo disponible y emplear el que sobre en repasar.
    – Presentación esmerada: letra, limpio, con márgenes y subrayados con regla.

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